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Mostrando entradas de septiembre, 2008

EL FENÓMENO ARJONA

ARJONA ES TODO UN FENÓMENO. No deja de impresionar el hecho de que un cantautor tan malo pueda reunir a tantos seguidores hasta llenar estadios. Me da flojeara emprender este alegato, pero en consideración a la sinceridad y vehemencia de quienes en este blog lo defienden ( http://new.e1.music.yahoo.com/blogs/el_playlist/2078 ), siento el deber cívico y moral de sacudir su anonadamiento estético hacia este impostor del buen gusto, pues la influencia de Arjona es avasalladora y ha atrofiado la sensibilidad del público. ¿Qué sucedió con la tradición hispanoamericana de la canción con letra que había emprendido su carrera tan deslumbrantemente bajo la estrella de autores como Silvio Rodríguez, Auté, Joaquín Sabina, José Alfredo Jiménez, Discépolo, Armando Manzanero, por citar algunos? Encima, Arjona posee la rara virtud de hacer creer a sus seguidores que son inteligentes, educados y cultos porque entienden sus canciones. Se sienten bien en el engaño, ignorando que las tres cosas no

MI PATRIA CAFÉ

En la alegría de los festejos patrios quiero celebrar una patria muy distinta a la que por estas fechas confundimos fácilmente con sus símbolos. Más profana que los himnos y las banderas, yo quiero celebrar esa otra patria que fui a divisar un 16 de septiembre desde la ventana de un tercer piso en un pueblito de Minnesota. Querría mirar desde aquella ventana abierta más allá de donde se juntaban el cielo y la tierra, pero el horizonte era curvo, y la vista no podía seguir esa curvatura que, en cambio, si doblaba la nostalgia: a ojos cerrados, podía divisar mi cielo, mi tierra y mis hermanos. “Patria”, aquella palabra que me había enseñado la escuela escurriendo sangre de héroes, distante del coheterío del 15 por la noche, de pronto se me convertía en su propio eco, y sus resonancias se me desdoblaban hacia adentro: el recuerdo de una alegría corriendo descalza de boca en boca, la voz de mi madre entre sartenes y paletas. Era como si de pronto el cosquilleo de un trompo me escarbara de