Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2012

La primera raya

Cubrí el piso de cartulinas blancas y coloqué en medio un puñado de crayolas. Le abrí la portezuela y suavemente lo empujé adentro del corralito. El niño avanzó trastabillando hasta el pequeño promontorio de crayolas. Se acuclilló y jugó con ellas. Se las llevaba a la boca, las arrojaba al piso, las volvía a coger, las frotaba entre sí hasta que, accidentalmente --como por arte de magia-- descubrió en la superficie blanca el nacimiento de una raya.