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Mostrando entradas de agosto, 2012

Despertar

Esta mañana me despertó un ligero escozor en la punta de la nariz. Al abrir los ojos me encontré con los de mi hijo, mirándome desde su temprana infancia de un año con siete meses. El conjunto de sus ojos curiosos enmarcados por el ligero esbozo de una sonrisa denotaba inteligencia y una inmensa dulzura que nunca quisiera olvidar. Tenía su dedo índice apoyado en la punta de mi nariz y así, como si estuviera señalándome, dijo suavemente: “papá!”.

Pepenador culto

Hace unos momentos, afuera de mi casa le pregunté al pepenador que hurgaba en el bote de basura. “¿Qué buscas?” “Latas de aluminio,  libros”, me dijo. “¿Libros?” Le entregué dos bolsas llenas de ellos que tenía listas para regalar… aunque nunca pensé que a un pepenador. “¿Qué haces con ellos?” Si me gustan me los quedo para leerlos, si no los vendo. Me horrorizó pensar que la lectura no fuera antídoto contra la pobreza, como proponen las campañas de televisión. Pero es que, la verdad… nadie lee para hacer dinero, sino para ser más feliz.