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QUE SUS SUEÑOS NO SE HAGAN REALIDAD

Alfredo O. Trillo

Enero es promesa oliendo a culpa quemada. Lo equivocado que fuimos es cosa del pasado y a la inconformidad le llega su revancha. Por eso es bueno que los años terminen, porque así podemos decir “borrón y cuenta nueva” y, aunque el último segundo de un año se da la mano con el primero del siguiente, en ese apretón de manos damos un salto de la mediocridad hecha costumbre a la posibilidad de ser mejores, porque cada año el corazón retoña y le brotan flores, y con ese ramillete en el pecho de buenos propósitos seguimos caminando.

Enero nos reencuentra con nosotros mismos y con quienes queremos ser, para que volvamos a soñar con los ojos abiertos los sueños que quizá ya habíamos tenido pero que ya habíamos dejado de soñar.

Buscar, querer, ir hacia... llamémosle "los sueños", nos impulsa a seguir adelante, aunque nuestra responsabilidad no consista tanto en llegar como en haber andado.

Perdón si no brindo –pues- por la realización de los sueños. Brindo, en cambio, porque éstos estén puntuales a la hora de las acciones, dándoles a éstas dirección y sentido en medio de la oscuridad.

Y, sobre todo, brindo porque en este mundo se pueda seguir soñando. ¡Salud!

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