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Mostrando entradas de 2015

LISTO ESTOY PARA EXPLORAR EL MUNDO!

LISTO ESTOY PARA EXPLORAR EL MUNDO!

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La bestia oye la voz del payasote y abre los ojos. Adormilada bajo la discreción del buen juicio y el índice de la ley, dejaba transcurrir la historia en lustros mientras checaba su cuenta de Facebook. Pero bastó la voz altisonante y grosera del payasote de cabellera encendida para hacerla despertar. Cuando la cordura civilizadora parecía que ya había encontrado su cauce en las venas de la sociedad moderna norteamericana y sus instituciones, salta el payasote al ruedo. Tampoco ésta sería   la primera vez que la bestia prueba no estar ya muerta sino dormida, como cuando los payasotes del momento la despertaron: Hitler, Stalin, Mao, Kim Jong Un… Estos esperpentos morales se dan de tanto en tanto en la historia. En grado superlativo están enfermos de lo mismo: son narcisistas, ególatras, arrogantes, vanidosos, afectos a los desplantes de grandiosidad, faltos de empatía; se sienten especiales y ostentan un desmedido afán de atención y admiración por parte de los demás. ¿Hasta aquí

Armandito se despide del verano

El trabajo más duro del mundo!

La semana pasada a mi madre de 87 le reemplazaron el marcapaso en el Seguro Social.  Es bien sabida la pésima calidad de la comunicación interna del Seguro y, en general, del servicio de atención al público de las instituciones mexicanas. Te informan mal, se contradicen y al final te quedas esperando en una silla —si la encuentras— con la descorazonada sensación de si algún día te llamarán y desde dónde. "Usted tiene que traer… Usted tiene que llegar… Usted tiene que esperar… Usted tiene que…" Pareciera que en la ignorancia de los atendidos se sostuviera el control y dominio de los que atienden. El día que hubiera instructivos al alcance del público para saber qué hacer ante cada caso se les acabaría la autoridad. Pero hoy no apedreo más estos vicios ya conocidos por todos. La noche en vela que pasé cuidando a mi madre en los pasillos del tercer piso del Hospital Regional Número Uno del Seguro Social en Tijuana me puso a un palmo frente a la radiografía misma del amor qu

CUESTION DE ESTILOS

LANGOSTA Y FRIJOLITOS

En una de las más recientes travesías de mi amigo, el Ing. Manuel Mar por el interior del país, una  señora le comentó que la gente de Baja California se parece a la Langosta estilo Puerto Nuevo: “Ricos y pobres conviven perfectamente; como la langosta y los frijolitos ”. Quien sabe si tenga razón la señora, pero la analogía estaba de ponerse aquí.

Arriba PACQUIAO!

No opondré ninguna resistencia; llegaré hipnotizado el 2 de mayo hasta la pantalla. La mercadotecnia ya hizo lo propio construyendo dos rivales así: uno pelea por su pueblo, graba canciones y entrena corriendo con sus fans; el otro es el chico malo que pelea para incrementar su fortuna personal, y se hace acompañar hasta el ring por Justin Bieber.  Así nos alinearon por temperamento a los espectadores, y como yo soy de cepa romántica, quedé del lado de los que gritarán: ¡Arriba Pacquiao!

ISIS. Una mística equivocada.

Esta no es una apología al terrorismo inverso, sino apenas un intento de entender la fuerza moral de ISIS  y un supuesto —no recomendado— de como podría ser abatida. ¿Qué hay detrás de ISIS que se atreven a desafiar con resorteras el podería militar del mundo “infiel”? Su mísitica de martirio da razón de “calidad” a su guerra: como son capaces de morir por su causa, para ellos esa causa resulta más valiosa que la de aquellos que esconden el pellejo detrás de drones tripulados a distancia.  Hay causas que valen la vida, pero también hay causas sobrevaluadas por la mera inmolación. Inmolacion y valor de la causa ingresan en un círculo de autovaloración ascendente (valor de la causa-inmolación-valor de la causa). ISIS podrá ser derrotado militarmente un día, pero nunca moralmente, sino hasta el día que del mundo “infiel” les  acometa un ataque suicida. Solo hasta ese día se verán ante la evidencia de otra causa -digna de autoinmolación- a la que no podrán oponer ya más la

SIETE MANERAS DE ESCAPAR

Mi amigo Manuel Mar Gallardo, excompañero de departamento de nuestros años universitarios en Mexicali, es ingeniero civil y su trabajo lo lleva por todo el país. Su más reciente llevada a Hidalgo por poco no la cuenta, pero al darnos un abrazo en Tijuana –después de quince años de no vernos– me la contó: Subíase a su auto cuando un hombre, pistola en mano, le obligó a recorrerse para hacerse del volante.             –¡Quítale el seguro a la otra puerta! –le ordenó. Manuel vio a través de la ventana al segundo asaltante y no obedeció.             –¡Que se lo quites cabrón! Se dice que ante el peligro los segundos duran horas, y a Manuel le alcanzaron para planear, según me aseguró, con un ímpetu en la voz que me hizo recordar sus ocurrencias a la sombra de un pino salado en Mexicali: ¡siete maneras de escaparse! El asaltante, impaciente porque no le obedecía, se pasó la pistola a la mano izquierda y con la derecha giró las llaves del encendido. “¡Es ahora