Es bueno que los gobiernos cambien porque el cambio evita que los vicios del poder se enquisten. En su momento el PAN representó la opción de cambio frente a un PRI monolítico y corrupto tras siete décadas en el poder, y entonces voté por el PAN. Hoy el PAN, a doce años de haber llegado al poder ha caído también en sus propios vicios de simulación e insensibilidad social. Este 1 de julio voy a votar por el PRD porque entre el retorno que representa el PRI y la permanencia que representa el PAN, sigo prefiriendo el cambio, como la garantía más saludable de una democracia que quita y pone desde el sufragio. Voy a votar por AMLO por su perseverancia, por su honestidad y por su gabinete. El que persevera alcanza. Después del empate técnico en las elecciones pasadas, AMLO volvió a la contienda. Podría decirse que después del PRI y el PAN que ya han gobernado, por derecho propio… “le toca”. Hay una virtud muy rara de encontrar en un político, y quizá por esa rare...
ADELANTE!