Por Alfredo Ortega Trillo
SUEÑO
SUEÑO
¿De qué materia están hechos los sueños? Yo me los imagino de nube,
como esas nubes blancas sobre un fondo de cielo azul. Tan pronto te les quedas
viendo comienzas a ver imágenes en ellas, proyecciones de tu cerebro que por estar
en el cielo parecieran inalcanzables. Luego sopla el viento y se las lleva a
otros cielos. Pero hay nubes que se quedan clavadas en el tuyo, sin que
lluevan, sin que se las lleve el viento. De esta clase de nube deben estar
hechos los sueños, no aquellos que dejamos en la almohada, sino esos que nos
acompañan día a día, porque los soñamos con los ojos abiertos. Es verdad que
los sueños se alojan en las alturas, pero no son inalcanzables. Si están en lo
alto es solo para obligarnos a crecer hacia ellos.
PASION
¿De qué materia están hechos los sueños? Yo me los imagino de nube,
como esas nubes blancas sobre un fondo de cielo azul. Tan pronto te les quedas
viendo comienzas a ver imágenes en ellas, proyecciones de tu cerebro que por
estar en el cielo parecieran inalcanzables. Luego sopla el viento y se las
lleva a otros cielos. Pero hay nubes que se quedan clavadas en el tuyo, sin que
lluevan, sin que se las lleve el viento. De esta clase de nube deben estar
hechos los sueños, no aquellos que dejamos en la almohada, sino esos que nos
acompañan día a día, porque los soñamos con los ojos abiertos. Es verdad que
los sueños se alojan en las alturas, pero no son inalcanzables. Si están en lo
alto es solo para obligarnos a crecer hacia ellos.
DETERMINACION
Si la decisión apunta y la voluntad dispara, la determinación mantiene
nuestras acciones en dirección al blanco.
En la vida no siempre vamos llevados de la inercia en línea recta. Hay
veces que la adversidad nos tuerce los caminos, y entonces nos hace falta
determinación, esa palabra que el diccionario define escuetamente como osadía y
valor. Yo trataría de precisarla como condición de carácter para seguir
adelante sin doblar el rumbo. Sin determinación iríamos al garete, llevados de
las tormentas a puertos que no estaban en nuestro itinerario de viaje.
Determinación es no cejar en nuestro empeño; no claudicar, no
rendirnos; es la inflexible fijeza de propósito para seguir adelante sin virar
el rumbo, sorteando las adversidades hasta la meta que nos propusimos al
iniciar el viaje.
FORTALEZA
Fuerza y fortaleza se parecen por sus letras, pero si yo hiciera un
dibujo para ilustrarlas, la primera sería un bíceps, la segunda un corazón. La
fuerza equivale al peso que levanta: ahí se detiene el bíceps que posa para la
ilustración de mi dibujo. En cambio la fortaleza, propiamente de ánimo, hunde
sus raíces dentro del cuerpo. La fortaleza es ese roble en el corazón que nos
sostiene en medio de la adversidad. La fortaleza de ánimo nos mantiene erguidos
cuando el cuerpo se nos dobla. Y si la fuerza equivale al peso que levanta,
¿cómo medir la fortaleza? Los médicos tienen un indicador: la glucosa; pero los
corredores de maratones una y otra vez demuestran algo que los médicos no han
podido explicar. Cuando ya no hay glucosa en el cuerpo, ¿qué hace que los
maratonistas sigan corriendo? Si la fortaleza de ánimo no se puede analizar en
el laboratorio, sí puede confirmarse en los resultados a la vista de hombres y
mujeres que tras horas de correr sin fuerzas ni glucosa siguen corriendo. Lo
explica que en la vida diaria existan hombres y mujeres que el embate de la
adversidad no dobla. A la fortaleza debemos seguir de pie cuando nos hemos
quedado sin piernas y soportar pesos tan grandes… aún como la derrota.
ACTITUD
Hay siempre, frente a un vaso a la mitad, dos tipos de personas: las
que lo ven medio lleno y las que lo ven medio vacío. A cada momento la vida nos
confronta con ese vaso. Medio lleno o medio vacío son cuestiones que nada
tienen que ver con el contenido ni con el recipiente, sino con nuestra forma de
ver, nuestra actitud: optimista o pesimista; la predisposición anímica con que
vemos la vida.
Quien pudiera ver un vaso vacío completamente lleno estará más
facultado para alcanzar el éxito que quien, ante un vaso lleno, lo viera
totalmente vacío.
Al éxito no se llega de andar hacia él desde la derrota sino de
encaminarse a él con optimismo, creyendo que ya nos pertenece. No sería posible
subir a la cima si desde el primer paso del recorrido no nos visualizamos en
ella. Nadie ha subido el Everest dudándolo. Quien frente a un vaso a la mitad
lo vea medio vacío ya está derrotado; en cambio, quien sea capaz de verlo medio
lleno ya habrá dado el primer paso hacia la meta.
Al final, el medio lleno o medio vacío del vaso, depende de nosotros,
de lo que queramos ver. Cuestión de óptica, de perspectiva; cuestión de
actitud.
COMPROMISO
Un compromiso es un compromiso, decimos, implicando que un compromiso
se cumple porque lleva en prenda nuestra palabra.
¿No sería más cómodo ir por la vida sin comprometernos? Sin duda el
ser humano es la única especie que no hace todo en la vida por mera comodidad.
Hay actos y acciones que sin sernos cómodos dan dirección y sentido a nuestra
existencia. Honrar el compromiso de nuestra palabra es uno de ellos.
Si la sociedad nos obliga a cumplir las promesas rubricadas con
nuestra firma, los compromisos no firmados nos obligan con la palabra. Si la
firma otorga a los demás el derecho a exigirnos, la palabra comprometida, en
cambio, impele a una exigencia interna y personal: la conciencia. Yo soy quien
me exijo y doy valor a mi palabra por lo que valgo y el valor en que me tengo;
pero también a la inversa: valgo como persona por la palabra que cumplo.
PERSEVERANCIA
¿El agua que atraviesa la roca, más allá de su condición líquida, de
qué está hecha?
Un viejo gnomo me lo dijo: “De repeticiones y paciencia”.
La perseverancia, desprendida del tiempo como un reloj que se lleva
zurcido al corazón, construye de latidos su marcha interminable. Perseverancia
es ese corazón puliendo superficies como la gota que orada intermitentemente la
roca. La hazaña humana consiste en recorrer ese camino empedrado de
repeticiones.
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