A Hugo Chávez debemos dos cosas: la vocación
socialista de los pueblos cuando ya casi nadie creía en ella, y la resurrección
de la conciencia colectiva de una Latinoamérica unida por origen y destino.
En una sociedad cada vez más global para los productos
y menos para las personas, donde cada vez más se apoderan de nuestras formas de
pensar los que manejan las marcas y la mercadotecnia, estorba la presencia de
hombres como Hugo Chávez.
El mundo en su caída libre hacia el centro de
gravedad del individualismo como valor, y cuya referencia del éxito supremo nos
la publica Forbes cada año (de ahí el prurito por quitar al Chapo), personas como
Chávez son un peligro.
Pero al mundo le hacen falta hombres como Chávez,
que se atrevan a ir contra corriente y tengan el carisma de despertar la conciencia
adormecida de los pueblos.
Nos hacen falta hombres como Chávez, que refrenen a
la sociedad de la vertiginosa caída libre hacia el consumismo desbordado antes
de que nos agotemos el mundo y sus recursos, y capaces de recordarnos en Latinoamérica
que por encima de las fronteras artificiales que nos separaran, somos el mismo
pueblo;... nos rugen!
Por eso, ¡Que nunca mueran la fraternidad y la
solidaridad! ¡Viva el pueblo latinoamericano! ¡Viva Venezuela! ¡Viva Hugo
Chávez!
Comentarios